Hilos del pasado que tejen mi mañana

DE DONDE VENGO Y HACIA DÓNDE VOY


El corazón de mi historia

Aquí nacen las raíces de lo que soy: mi familia. Y es que, ¿por qué me importa mi familia?... Esta es su historia: 

Estos inicios comienzan desde que mis abuelos se conocieron. Por mi parte, solo conozco y visito actualmente a mis abuelos por parte de mamá, pues, tristemente, mi abuelo paterno falleció cuando yo tenía 5 años de edad. Sin embargo, lo recuerdo con mucho cariño, porque él me quería mucho.

Por otra parte, mi abuela paterna no la conocía hasta hace un año, pues, por motivos familiares y cosas del pasado, mi papá y mi abuela —su mamá— no se hablaron durante más de 15 años. Actualmente se comunican por teléfono, tratando de arreglar el daño que ya está hecho.

Mis abuelos maternos viven muy lejos, exactamente en el departamento del Guaviare. Son del campo y viven del ganado y de las cosechas para consumo propio. Ellos son a los que más cariño les tengo, pues son a los que más conozco.

Por otra parte, mi papá se crió en el campo con su papá, pero constantemente sufrió abandonos de días y maltrato físico y mental por parte de su padre. Por eso me sorprende que me haya tratado con tanto cariño cuando era niño, como abuelo en mi niñez. Por estas razones, mi papá tuvo que arreglárselas solo: trabajó desde niño y no pudo estudiar. Empezó a beber desde muy joven, pero hoy en día es el mejor papá del mundo. Como él mismo dice: “La vida te vuelve señor.”

Mi mamá, por otro lado, vivió con sus padres y sus hermanos y hermanas. Al ser la mayor, debía cuidar mucho de ellos y estar muy pendiente. Sin embargo, no podían darse lujos básicos, como ropa nueva, pues todo lo que tenían era regalado. Ella empezó a sufrir de epilepsia cuando tenía alrededor de 10 años, debido a un trauma que la marcó para siempre: ver el cuerpo sin vida de su padrino, quien la quería mucho y la trataba como si fuera su verdadero padre.

Mis padres se conocieron en el campo. Mi mamá era una joven adolescente de 15 años, mientras que mi papá era un hombre de 25 años que ya tenía una hija, la cual actualmente tiene 24 años. Sin embargo, mi papá terminó esa relación porque la mamá de mi hermana mayor —la hija de mi papá— le fue infiel.

Volviendo a la historia, mis papás se conocieron porque mi padre trabajaba en la finca de mis abuelos maternos, y fue él quien empezó a conquistar a mi mamá con detalles como dulces, chocolates o peluches, pero todo a escondidas, hasta que mi abuelo se dio cuenta. Para ese entonces, mi mamá y mi papá ya eran novios.

Mi papá, en esas circunstancias, habló con mi abuelo para pedirle permiso. Al principio no le agradó nada la idea, sin embargo, eventualmente lo aprobó y mi mamá empezó a vivir con mi papá. Vivieron en distintos lugares hasta que llegaron aquí, a Madrid, hace 15 años. 

Lastimosamente, no tenemos una casa propia, pues aunque surgió la oportunidad, por falta de algunos documentos no se pudo concretar la compra. Sin embargo, hoy en día vivimos cómodos, y gracias a Dios nunca falta la comida.

No siempre la vida ha sido feliz. Como conté anteriormente, mi mamá sufre de epilepsia. Cuando tenía cuatro meses de embarazo, empezó a tener convulsiones y ataques epilépticos. Además, sufre también de ausencias, lo que le provoca una pérdida temporal de lo que está haciendo o de sus sentidos por algunos segundos, de vez en cuando.

Actualmente ella toma medicamentos y con ello logra controlar su enfermedad, pero muchas veces esta medicina es muy escasa. Cuando no tiene la posibilidad de reclamarla en la EPS, hay que comprarla, y no es nada barata. Por eso, en varias ocasiones ha pasado días sin tomar su medicina, lo que hace que empiece a presentar ausencias con más frecuencia. Me da miedo que le llegue a dar alguna convulsión.

La última vez que le sucedió algo así fue hace alrededor de dos años, cuando una mañana de domingo empezó con sus ausencias y, por la falta del medicamento, le dio un ataque. Por suerte, mi papá y nosotros estábamos allí. Mi papá siempre la ha acompañado, y él conoce muy bien lo que mi mamá padece. Desde que ella empezó con estos ataques, él siempre ha tratado de estar a su lado.

Recuerdo que una vez, cuando yo era más pequeño, a mi mamá le dio un ataque mientras íbamos por la calle. Por suerte, un señor bondadoso nos ayudó a asistirla. Pero otra vez no fue así. Yo ya estaba un poco más grande, y mi mamá estaba a punto de abrir la puerta cuando, de repente, se quedó como congelada. Le pregunté por qué se había quedado así, pero enseguida empezó a caer. Reaccioné rápidamente, la tomé por la espalda y traté de sostenerla para que no se cayera. Aunque no la dejé caer, duró varios segundos en ese estado. Pedía ayuda, pero todos me miraban raro y nadie quiso ayudarme. Después de un momento, mi mamá recobró la conciencia, abrió la puerta y se recostó un rato.

Ese día comprendí que no siempre todos te van a ayudar. Sin embargo, hemos aprendido a sobrellevar este tipo de situaciones. Por suerte, ni a mi hermanita ni a mí nos ha sucedido algo parecido. Aunque mi mamá heredó esta enfermedad de una de mis abuelas, gracias a Dios hoy en día vivimos bien.

Vivimos cómodos y tenemos cosas que antes no podíamos darnos el lujo de tener, como un sofá bonito, una mesa y un comedor cómodos, y, por supuesto, un lugar donde vivir solo nosotros cuatro. En los últimos años, más específicamente el año pasado, tuvimos que compartir vivienda con otras personas.

La primera vez fue con una señora que nos brindó su apoyo. Al principio todo estuvo bien, pero al final se volvió un verdadero infierno. Esa señora, básicamente, hoy en día nos odia y habla cosas malas de nosotros que no son ciertas. Luego de eso tuvimos que vivir con una amiga de mi mamá, quien nos brindó una pieza por unos cuatro o cinco meses. Después de todo eso logramos reponernos, y hoy en día vivimos mucho mejor.

He vivido en Madrid durante toda mi vida. Nací aquí y me he criado en este lugar, a excepción de un año que viví en el Cesar por razones de trabajo de mi papá.

En el Colegio Tecnológico he estudiado desde que tengo memoria, y actualmente curso el grado décimo. Desde el grado sexto he estado en la sede principal de esta institución. Al principio fue difícil, porque vi cosas que antes no había visto, además de que cuando llegué a sexto estábamos en plena pandemia. Sin embargo, hoy en día los descansos se ven llenos de vida y alegría.

No soy una persona de muchos amigos, por lo que no siempre hablo con muchas personas. Desde octavo me consolidé con un solo amigo con quien siempre hablaba y compartía, hasta hoy. Sin embargo, por alguna extraña razón, estos amigos se han ido constantemente; duran ese año, y al siguiente me encuentro nuevamente solo. Aun así, he tenido la suerte de coincidir con buenas personas que no me han dejado tirado y con quienes puedo compartir actualmente.

Felizmente estoy a punto de finalizar el grado décimo con excelentes notas y con la esperanza de que el próximo año me irá muy bien.

Aquí en Madrid he vivido muchas cosas buenas y malas. Cuando era más niño me la pasaba jugando en el parque casi todos los días por la tarde, después de salir del colegio. Con algunos amigos que tenía en ese entonces montábamos bicicleta, hacíamos carreras y fingíamos ser grandes ciclistas de Colombia, como Nairo Quintana o Egan Bernal. También jugábamos fútbol y adoptábamos roles como los de Messi, Cristiano Ronaldo o Neymar.

Lastimosamente, hoy en día muchos de esos amigos ya no me hablan, y todo quedó como un bello recuerdo de la infancia. Aun así, guardo con cariño cada uno de esos momentos.

También entreno aquí, y el deporte se ha convertido en un segundo hogar para mí. Ya hace parte de mi estilo de vida y me ha enseñado disciplina, constancia y amor por lo que hago.

Así que sí, mi familia si me importa y mucho.

El camino que estoy construyendo


Proyección de 5 a 10 años

De aquí a cinco años me veo estudiando una carrera que aporte significativamente a mi vida profesional y personal. Deseo prepararme en algo que me apasione y que me permita construir un futuro estable.

De aquí a diez años espero ya estar trabajando, tener experiencia en algún campo y poder generar mis propios ingresos incluso desde antes de ingresar oficialmente al mundo laboral. Actualmente me encuentro realizando algunos cursos de inglés, los cuales pueden abrirme muchas puertas para hacer entrevistas de trabajo en este idioma y, posiblemente, comenzar a ganar mi propio dinero en un año de proyección.

Sé que esto me ayudará mucho en mi hoja de vida laboral, por lo que espero que, en diez años, ya haya alcanzado varios logros y esté estable tanto laboral como económicamente. Mi meta es seguir creciendo, aprender constantemente y aprovechar cada oportunidad que la vida me brinde para ser una mejor versión de mí mismo.

En estos próximos 5 a 10 años, al principio tendré que apoyarme en mi familia mientras crezco económicamente. Sin embargo, espero que en el futuro sea yo quien pueda recompensarles todo su esfuerzo y apoyo. Deseo alcanzar una estabilidad que me permita vivir cómodamente gracias a mi trabajo y a mi carrera.

Además, con el curso de inglés que estoy realizando, quiero fortalecer mi hoja de vida y aumentar mis oportunidades laborales, para así estar ganando lo suficiente como para vivir de manera independiente y sustentar mis propias necesidades.

Por ahora, en este tiempo, espero aún no tener una familia, pues primero necesito reconocerme a mí mismo como persona. En este momento no pienso formar una familia ni tener hijos; sin embargo, habrá que dejar que el tiempo lo determine.

Mi proyección, por ahora, es no haber formado todavía una familia, ya que mi prioridad será concentrarme en mis estudios, en mi trabajo y en cumplir las metas y objetivos que me proponga. Quiero enfocarme en crecer como profesional y como ser humano antes de pensar en compartir mi vida con alguien más.

Proyección de 30 años...

Para este momento, cuando tenga alrededor de treinta años, espero gozar de buena salud y haber alcanzado una estabilidad tanto emocional como económica. Deseo que la mayoría de las metas que hoy tengo proyectadas se hayan cumplido: haber terminado mi carrera, contar con un trabajo estable y disfrutar de una vida equilibrada.

No sé si para entonces habré formado una familia o si seguiré viviendo de manera independiente, pero lo que sí deseo es mantenerme fiel a mis propósitos y continuar creciendo como persona. En el ámbito deportivo, espero haber desarrollado una verdadera disciplina que me permita considerarme un deportista constante, con hábitos saludables y equilibrio físico y mental.

También aspiro a tener libertad sobre mi tiempo, poder organizar mis propios horarios y disponer de espacios para mí mismo. Me gustaría que mi trabajo, posiblemente de forma virtual, me permita esa flexibilidad. Creo que en el futuro la tecnología ocupará un papel aún más grande, y muchas profesiones se adaptarán a entornos digitales. Por eso, busco prepararme en un campo que tenga proyección y estabilidad a largo plazo, que no pueda ser fácilmente reemplazado.

Finalmente, mi mayor deseo es vivir bien, con tranquilidad, salud y rodeado del bienestar de mi familia. Ese sería, sin duda, el reflejo de un camino bien recorrido.


Agradecimientos finales

La familia no siempre está definida por la sangre o los lazos de parentesco. Para mí, familia también son aquellas personas que, sin obligación alguna, me han acompañado, me han apoyado y me han hecho sentir como en casa. Las verdaderas amistades son ese tipo de familia que uno elige y que, con su presencia, hacen que los días sean más llevaderos.

Por eso, considero parte de mi familia a todas esas personas que han estado conmigo en los buenos y en los malos momentos, a quienes nunca me han dejado “botado”, como solemos decir. Puede que con el tiempo algunos sigan su propio camino y nuestras vidas tomen rumbos distintos, pero las experiencias vividas permanecen en el corazón.

Aunque muchos de mis amigos ya no estén aquí, en este hermoso municipio, sus recuerdos siguen vivos, igual que todos los momentos felices que compartimos. A todos ellos, y a quienes aún siguen a mi lado, les agradezco sinceramente por haber formado parte de mi historia y por ser una parte importante de quien soy hoy.

EL VIAJE DE MI VIDA

Infografía de Proceso Rompecabezas Sencillo Colorido Azul de Duban Romero

ELEMENTOS DND MINIJUEGOS


ELEMENTOS INTERACTIVOS









Comentarios

Entradas más populares de este blog

Sobre Mí

INFOGRAFIANDO SIN PARAR